“La La Land” (2016), dirigida por Damien Chazelle (Babylon, Whiplash), es una obra que va más allá del tradicional género musical para ofrecer una meditación profunda sobre la ambición, el amor y el dejar ir. Ambientada en Los Ángeles, la película explora la tensión entre la búsqueda de sueños personales y las relaciones afectivas, ofreciendo un retrato conmovedor de los costos asociados con la realización personal.
El montaje de “La La Land” es fundamental para la construcción de su narrativa emocional. La edición, a cargo de Tom Cross (Whiplash, The Greatest Showman), utiliza transiciones fluidas entre secuencias musicales y escenas dramáticas, creando una sensación de continuidad que refleja el flujo de la vida y el ritmo de los sueños. La famosa secuencia de apertura, “Another Day of Sun”, es un ejemplo destacado de cómo el montaje puede servir a la narrativa: la cámara se mueve en un plano secuencia, capturando la energía y el dinamismo de Los Ángeles, mientras se establece el tono de aspiración que mueve toda la película. Este uso del montaje no solo presenta la ambición de los personajes, sino que también refleja el carácter incesante de la ciudad que los rodea.
De igual manera, la iluminación juega un papel crucial en la creación de una atmósfera nostálgica y soñadora. Aquí, el director de fotografía Linus Sandgren (Babylon, Saltburn), utiliza una iluminación suave y cálida en muchas de las secuencias para acentuar el romanticismo y la magia de Los Ángeles. La elección de colores y la iluminación a menudo resaltan los momentos de introspección y los sentimientos profundos, como en la escena asociada a la canción “City of Stars”, donde los tonos dorados y azules subrayan emociones como la esperanza y la melancolía.
La escenografía, por su parte, no solo sirve de telón de fondo, sino que también actúa como un personaje en sí mismo. Los escenarios de la película, desde los vibrantes clubes de jazz hasta las elegantes oficinas de casting, están meticulosamente diseñados para reflejar los mundos internos de Mia y Sebastian. La escenografía complementa la narrativa al contrastar las aspiraciones profesionales con la realidad cotidiana, destacando la lucha entre el arte y el poder pagar las cuentas a fin de mes.
Como buen musical, el soundtrack de “La La Land”, compuesto por Justin Hurwitz (quien también trabajó con Chazelle en "Babylon”), es uno de los pilares de la película. Las canciones, como “Audition (The Fools Who Dream)” e “In the End”, no solo son memorables en términos musicales, sino que también son profundamente significativas en la narrativa. La música, cargada de jazz y elementos de cine clásico, crea una sensación de nostalgia mientras subraya las emociones y las decisiones cruciales de los personajes. Estas elecciones refuerzan el tema central de la película: la tensión entre el amor y los sueños profesionales.Es así, que las interpretaciones de Emma Stone y Ryan Gosling son el alma de “La La Land”. Stone aporta una vulnerabilidad y autenticidad a Mia que hace que su lucha y su triunfo sean profundamente resonantes. Gosling, con su habilidad para combinar su encanto con la intensidad, ofrece una representación matizada de Sebastian, en la que su pasión por el jazz y su conflicto interno se perciben con claridad. De esta forma, “La La Land” explora una faceta del romance que no siempre es mostrada como tema universal: El desistir del amor en pos de un mejor camino profesional, o de un sueño.
Damien Chazelle, como director, logra equilibrar y volver a posicionar en lo más alto la grandilocuencia del género musical con una introspección emocional que evita el sentimentalismo fácil. Su habilidad para integrar elementos visuales, musicales y narrativos en una experiencia cohesiva y emotiva es, por lo bajo, admirable.
“La La Land” es una celebración de la ambición y una reflexión sobre los sacrificios que esta conlleva. Con un montaje ingenioso, una iluminación evocadora, una escenografía cautivadora y un soundtrack inolvidable, la película se alza como una obra maestra moderna que desafía las convenciones del romance y el musical. La habilidad de Chazelle para fusionar estos elementos en una narrativa que cuestiona el costo del éxito personal y la autenticidad en el amor hace de “La La Land” una experiencia cinematográfica profundamente resonante y emocionalmente enriquecedora. Esta película nos anima a reflexionar sobre nuestras aspiraciones y relaciones, recordándonos que el amor puede ser también un freno para el crecimiento personal propio o de quien amamos. Es por ello que a veces, para nuestra naturaleza humana, el acto de amor más audaz es saber cuándo dejar ir.
Ficha Filmográfica
La La Land. 2016. Musical. Drama romántico. Comedia. Director: Damien Chazelle. Reparto: Emma Stone, Ryan Gosling, John Legend, Rosemarie DeWitt, J.K. Simmons. Productoras: Summit Entertainment, Marc Platt Productions, Gilbert Films. 128 min. Estados Unidos.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!